Podría escribirte los versos más tristes ésta noche y jugar a ser Neruda; y aún más podría conformarme con hacerte poesia en una noche como aquellas en las que te tenía entre mis brazos. ¡Pobre Neruda que no supo hacerte poesia antes!Hacerte poesia mientras te hacía el amor y recitarte versos desde las entrañas del placer. Hacerte canción con el sonido de tu risa y cantarte a besos una, dos, tres, ¡mil estrofas!
Pobre Neruda que esperó a que te fueras para ver el verde profundo de tus ojos y compararlo con estrellas... Luego, hacerlo poesía. Pobre de mí las veces que fuí como él.
Pero estoy aquí, aún te tengo entre mis brazos, mis besos y mis versos... Y voy a escribirte los más felices ésta noche. Voy a recitarlos en tu oído hasta llenar cada poro de tu piel. Voy a cantarle a tu risa a besos, y a descubrir qué otros colores esconden las pupilas de tus ojos. Quiero conocerte de punta a punta, de defectos a virtudes. Quiero conocerte de gustos a disgustos, de alegrías a tristezas. Quiero hacerte el amor con caricias, con silencios, miradas, confidencias; y sólo a veces con el cuerpo y el alma enteros.
Sos poesía pura, inagotable. Sos el arte que descubrí a tiempo para susurrarte al oído y no al viento. Sos la magia que Neruda encontró sólo en la distancia y yo entre mis brazos.
Y cuando ya no te tenga Serás poesía pura, inagotable; me uniré a Neruda en su incansable tarea de susurrar a la nada para que solo me escuches en sueños.
Agustina Mereles
